Fueron los inmigrantes europeos quienes comenzaron la elaboración de las pastas frescas artesanales en las primeras décadas del siglo pasado,tanto en Uruguay como en Argentina.El entorno familiar de aquellos años hizo único a este tipo de negocios,en su mayoría de italianos y españoles que fueron exitosos gracias a  que ambas colectividades mantuvieron la tradición de la reunión familiar de los domingos  alrededor de una fuente de pasta,acompañada por supuesto de una salsa boloñesa o pesto donde el aroma de la albahaca se esparcia por toda la casa.

LA SIN RIVAL mantiene actualmente la elaboración de capelettis,sorrentinos,raviolones,varenikes y farinata de forma artesanal.